
Que se prohiba el porte de armas...
Por Carlos Zota Jiménez
Para “El Rostro Oculto de la Noticia”
El Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, lanzo una propuesta que nos hizo a todos colocar los pies sobre la tierra y pensar sobre las causas de tanta inseguridad en nuestras Ciudades, lo que se manifiesta en un total desprecio por nuestro congéneres y la vida, llegando al extremo de que ni siquiera nos conmovemos por tantos asesinatos que a diario suceden en nuestro país y nuestra Ciudad.
Pero ante tanto asesinato en Colombia, donde Cali es una de las Ciudades que lidera los índices de homicidios con armas de fuego, se hace inaplazable que nuestras autoridades lideradas por el Alcalde Rodrigo Guerrero, asuman una posición radical frente al uso de ellas, que aunque tienen una reglamentación, su indiscriminada posesión por parte de los civiles, son una de las causales de tanta inseguridad y muerte.
Aunque la Constitución de 1991 le da la facultad a los Alcaldes de mantener el orden público en sus Municipios, la responsabilidad sobre las armas es del Comandante de la Brigada, quien en últimas, toma las medidas sobre el tema, lo que quiere decir que para el caso de Santiago de Cali, esta facultad la tiene el Comandante de la Tercera Brigada.
Según el Decreto 2535 de 1993, las únicas que pueden fabricar armas y municiones como también autorizar el uso de esas armas por parte de los civiles, son las Fuerzas Armadas, facultad delegada a los Comandantes de las Brigadas de cada localidad.
A propósito del tema, el Alto Comisionado para la Convivencia y Seguridad Ciudadana Francisco José Lloreda, divulgó la concepción de un proyecto de ley que endurecerá, entre otras situaciones, los requisitos para el porte de armas, dejando entrever “que no se les quitará las armas a quien las necesite”, lo que quiere decir que los civiles seguirán accediendo a ellas.
Las armas en Colombia se entregan más fácil que una licencia para conducir, según versa en los dichos populares, sumado a un exagerado comercio negro de ellas donde se consiguen armas cortas, largas y sofisticadas de uso privativo de las Fuerzas Militares, sin desconocer el alto volumen de fabricación artesanal de todo tipo de armamento, sin datos estadísticos y más bien sin conocimiento por parte de las autoridades.
Por lo anterior no es de extrañar que un gran porcentaje de la población posea legal o clandestinamente armas que en cualquier momento, pueden ser usadas para la defensa personal o de bienes, o simplemente están en las manos de la delincuencia que las utiliza para sus oscuros objetivos.
Según informes oficiales, más de un millón de armas están en manos de civiles, sin que exista un estimativo sobre las armas adquiridas ilegalmente o fabricadas artesanalmente y que por lo general, están en poder de la delincuencia. De acuerdo con declaraciones del Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, el 95% de los delitos que se cometen en el país, se realizan con armas ilegales, lo que nos obliga a pensar que el número de armas ilegales y artesanales en el territorio Nacional, es indeterminable.
En Cali los homicidios convierten la Ciudad en una de las más violentas de Colombia y del mundo, llegando a cifras críticas que deben obligar a las Autoridades a tomar medidas extremas ante situaciones extremas. El año pasado nuestra Ciudad padeció 1.845 homicidios, 20 más que en 2010, lo que equivale a más de 5 homicidios diarios.
La intolerancia que se vive en la Ciudad se ve beneficiada por el alto número de armas legales e ilegales que están en poder de los Ciudadanos y que “facilita” los ajustes de cuentas causados por el narcotráfico, oficinas de cobro, venganzas personales, enfrentamiento de pandillas y conflictos de diferentes tipos que recurren a las armas como la solución de propia mano. Estas cifras reflejan un problema social que requiere inmediata atención por parte de nuestros Gobernantes.
Uno de los justificantes para el porte de armas de los civiles legalmente, es la poca garantía de las autoridades para mantener la seguridad de los Ciudadanos, lo que ha dado origen a que la población crea que debe armarse, a las consentidas autodefensas y grupos paramilitares, a organizaciones de seguridad privados y por ende, a organizaciones delincuenciales como las Bacrin, que en este momento azotan gran parte del territorio Nacional y que en últimas, promueven el uso de las armas por parte de los civiles para suplantar la Justicia que el Estado no garantiza.
Es una realidad la inseguridad que padecemos los Colombianos y para nuestro caso particular, los Caleños, pero la historia nos ha demostrado que la justicia debe estar en manos del Estado y no en las de los particulares, porque las consecuencias de esto es lo que estamos viviendo en la actualidad, donde la justicia está siendo ejercida en las calles por particulares que se han organizado en grupos delincuenciales y que han convertido los cobros, la venganza y la muerte, en un productivo negocio.
Es aquí donde se requiere de medidas radicales que permitan el inicio de un proceso seguro hacia la seguridad de los habitantes de Ciudades como Santiago de Cali, donde los homicidios con armas de fuego han llegado a niveles inimaginables, sin que hasta el momento las medidas y planes esbozados con “bombos y platillos” por nuestras autoridades cívicas, militares y de policía, hayan producido mejorías diferentes al fluctuante número de muertos que varían de un día a otro, de una semana a otra, de un mes a otro, o de un año a otro, pero que en últimas, solo sirven para la publicidad de un gobernante o de un comandante, pero que no han impedido que el delito y la muerte sigan en crecimiento.
Es por lo anterior que la prohibición al porte de las armas se hace indispensable. Se debe con esta restricción, llegar al punto en que las armas solo sean portadas por los representantes de la autoridad y no por la delincuencia. Quien porte un arma y no sea autoridad, debe hacer presumir que la utilizará para realizar actos delincuenciales.
El Alcalde Rodrigo Guerrero tiene experiencias desde su primer mandato, sobre los beneficios de restringir el porte de armas en fechas selectivas como en las quincenas y puentes, evento que produjo una reducción delincuencial del 35%, según las estadísticas de la época para esas fechas.
Ante esas experiencias positivas y el mandato que se inicia con Rodrigo Guerrero al frente de la Administración Municipal en Cali, es el momento para prohibir el porte de armas permanentemente en nuestra Ciudad y propiciar una medida que de seguro, limitará el accionar delincuencial en nuestra urbe y facilitará el desempeño de nuestras autoridades militares y de policía. Cali se lo agradecerá.
Doctor Guerrero: Usted tiene la palabra.
Santiago de Cali, Enero 8 de 2012.