miércoles, 11 de agosto de 2010

EL JUEZ ESPAÑOL BALTASAR GARZON, CONFIRMA SU PARTICIPACIÓN EN LA MARÍA, PIENDAMO


Con el propósito de presentar un informe de la situación de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas del Cauca y coordinar una estrategia de incidencia nacional e internacional contra la impunidad de la Justicia Colombiana, que ha impedido la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, frente a los crímenes cometidos contra las comunidades indígenas; la Consejería Mayor del CRIC hizo la invitación especial a los siguientes personajes: Dr.Baltasar Garzon -actualmente asesor principal de la Corte Penal Internacional; Dra.Dolores Delgado -Fiscal de la Audiencia Nacional de España; Dr.Bruno Moro -Representante de las Naciones Unidas en Colombia, quienes han confirmado su visita el día 14 de Agosto de 2010 a las 8:00 am en el Territorio de la Maria, Municipio de Piendamo.

Se presentaran voces y testimonios referidos a las acciones de movilización social por las tierras, al desconocimiento estatal a los derechos históricos y constitucionales, a la presencia de multinacionales en sus territorios y a la persecución, amenaza y asesinato de líderes y autoridades indígenas de este departamento que permanecen en la más absoluta impunidad.

Los énfasis presentados por las Autoridades indígenas se centraran en la declaratoria de guerra del Saliente Gobierno en cabeza del presidente Uribe al terrorismo, considerado como una treta para esconder un conflicto escalonado y degradado a niveles graves, con situaciones de desplazamiento forzado que originaron de la Corte Constitucional varias sentencias contra el gobierno colombiano y la emisión de varios Autos para que las instituciones actúen de forma rápida y eviten la desaparición de pueblos afectados por el conflicto armado, cosa que hasta la fecha no hay respuestas inmediatas a lo que la Corte le exige al Gobierno Nacional en el Auto 004.

Se enfatizara en este encuentro que las políticas gubernamentales Nacionales, Regionales y Locales en los últimos años han estado dirigidas a:
Desacreditar y estigmatizar el trabajo del Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC y de las Autoridades Tradicionales Indígenas Zonales y Locales.

Crear organizaciones paralelas para contrarrestar y afectar el trabajo de procesos legales y legítimos como el indígena del Cauca o de la ONIC. Esto lo hace deliberadamente el gobierno nacional para desacreditar a los líderes y organizaciones. Ejemplo: el apoyo del gobierno nacional, de la fuerza pública para crear la OPIC.


Mantener la impunidad, mediante la ausencia de resultados en las investigaciones penales y disciplinarias cuando se trata de ataques, asesinatos, amenazas, contra dirigentes indígenas.

Dicha situación responde a una política de despojo, exclusión y olvido, que privilegia los intereses de la guerra y del capital privado Nacional e Internacional, lo cual se hacen evidente en las acciones de aseguramiento del control territorial, militar y político de zonas estratégicas para el comercio, zonas francas y grandes proyectos de explotación minera. En tal sentido la concentración de las tierras en pocas manos y el cambio de uso de la misma han sido los objetivos esenciales de los ocho años del gobierno nacional saliente.

Reiterar las denuncias frente al comportamiento de los actores armados en los territorios y comunidades indígenas, en donde tanto los ejércitos del Estado como los grupos guerrilleros violan los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

En el evento participara, la consejería mayor del CRIC, 115 cabildos indígenas del Cauca, autoridades indígenas zonales, ONGs defensores de Derechos Humanos, medios de Comunicación, representantes del Gobierno Nacional.

CONSEJERÍA MAYOR
CONSEJO REGIONAL INDÍGENA DEL CAUCA CRIC

Popayán, agosto 4 de 2010.


DESCUBREN NUEVAS FOSAS COMUNES EN EL DEPARTAMENTO DE CESAR

Estos cementerios clandestinos eran utilizados por paramilitares y miembros de las fuerzas militares para arrojar a sus víctimas, en su mayoría dirigentes campesinos, activistas de los derechos humanos, lideres populares entre otros

Prensa YVKE Mundial/ AVN
MARTES, 10 DE AGO DE 2010. 1:22 PM



Foto: (archivo)

Continua el hallazgo de fosas comunes y cementerios clandestinos en Colombia, en esta oportunidad en el Departamento del César situado al norte del país en la llanura del Caribe, colindante con Magdalena, se encontraron unas 140 fosas.

Precisó nota del portal patriagrande.com que estos cementerios clandestinos eran utilizados por paramilitares y miembros de las fuerzas militares para arrojar a sus víctimas, en su mayoría dirigentes campesinos, activistas de los derechos humanos, lideres populares entre otros.

Aseguró la nota que este macabro hallazgo corresponde a las víctimas de la “aplicación de la Seguridad Democrática del ex presidente Álvaro Uribe”, donde se pagaba una cierta cantidad de dinero a efectivos militares por las bajas de miembros de la guerrilla o paramilitares, o por cualquier cadáver que se presentara como tal, llamado esto "falsos positivos".

De acuerdo con un informe citado por patriagrande.com titulado “la verdad” se explica que aun no se puede precisar lo avances de la Ley de Justicia y Paz.

En ese sentido se está desarrollando una jornada conocida como “La semana de la verdad”, que se extenderá hasta el 13 de agosto, según informó Antonio Calvo director de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (Cnrr).

En el marco de esa jornada fueron ubicadas las 140 fosas comunes en el Cesar, a través de audiencias a ex paramilitares, no obstante aun se desconoce la cifra total de cadáveres.

“Algunas personas que estaban como desaparecidas, fueron ubicadas en esas fosas”, dijo Antonio Calvo, al tiempo que aseguró que esto refleja la magnitud de la violencia en la región.

Destacó el director de la Cnrr que el proceso de reparación es todavía “lento”, advirtió además que en el César se “ha avanzado poco”, reseñó el portal de pacocol.org.

“Mientras en el resto del país se conoce una sentencia, aquí aún no hay ninguna a pesar de que 20 mil personas han denunciado delitos”, puntualizó Calvo.

El informe estimó que en la región caribeña se estima existan alrededor de 140 mil víctimas, sin embargo no se contabilizan las familias completas que se desplazan a otras zona en resguardo de sus vidas, ante la arremetida descontrolada de paramilitares.

“La gente desconoce sus derechos y solo creen que la condición de desplazados les sirve para recibir una ayudad de Acción Social”, sostuvo Calvo.

Para Rosangela Pimienta, asesora de paz del departamento junto a Gabriel Turriago coordinador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señalaron que la mayoría de las víctimas son mujeres.

“La semana de la verdad busca tomarle el pulso al proceso de Justicia y Paz en el Cesar, porque se conoce como avanza en otras regiones, pero no este, por lo que el espacio servirá para conocer más verdad del horror que pasó esta región”, dijo Gabriel Turriago.

Entre las actividades que se desarrollan en el marco de la “Semana de la Verdad”, se incluyen cines foros itinerantes, que buscan despertar en la colectividad la sensibilidad hacia el tema de la mujer, las minorías, entre otros.

DESDE LA QUINTA DE SAN PEDRO ALEJANDRINO EN SANTA MARTA...

Restablecidas relaciones entre Venezuela y Colombia
En referencia a la situación fronteriza, ambos mandatarios dijeron que han sido categóricos en que no permitirán la presencia de grupos ilegales en sus territorios, y que próximamente la comisión de seguridad que han establecido se encargará de discutir este aspecto.

Prensa YVKE Mundial/Mariandry Laclé
MARTES, 10 DE AGO DE 2010. 6:51 PM



Luego del encuentro realizado en la quinta San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, junto a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, anunciaron que han restablecido las relaciones entre ambas naciones.

De igual forma decidieron avanzar en las relaciones bilaterales, creando cinco comisiones que abarcan tanto temas económicos como de inversión social.

"Hemos sostenido un diálogo abierto y sincero, creo que hemos dado un gran paso en el restablecimiento de la confianza", fueron las primeras palabras del presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

Sobre los acuerdos comerciales, también tratados durante el encuentro, el presidente Santos recordó en las obras conjuntas en materia de infraestructura, la vieja aspiración de que Venezuela tenga una salida al pacífico a través de Colombia puede ser una realidad, "es de beneficio para todos", dijo Santos.

Por su parte, el Jefe de estado venezolano, agradeció la invitación de Santos a Santa Marta y reiteró que ningún lugar pudo ser mejor para sostener dicho encuentro.

Chávez inició su intervención con la misma frase con la cual Santos culminó su discurso, citando la Carta de Jamaica de El Libertador que reza:" la unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos...".

Posteriormente, recordó que al iniciar el gobierno de Uribe las relaciones con Venezuela eran muy positivas, y lamentó la forma en la que llegaron a su fin. "A lo hecho pecho, ahora hemos logrado establecer una piedra de fundamento, hay que cuidarla (...) restituyamos el respeto y la confianza", dijo Chávez en alusión a la reunión que sostuvo con Santos.

El presidente Chávez dijo que ambos mandatarios se comprometieron a borrar la palabra "guerra" de sus discursos y aseguró que en Colombia se siente como en su propia patria: "Con todo respeto, yo me siento colombiano".

Por otra parte, Chávez reiteró: "El gobierno que yo presido no permitirá presencia de guerrilleros en nuestro territorio". Ante esta posición, Santos manifestó su respeto.

De igual forma, Chávez reconoció que tropas venezolanas se han enfrentado contra las colombianas y dijo que contra eso ambos gobiernos deberán lidiar. "Presidente cuente con mi apoyo, con mi afecto y con el cariño de toda Venezuela", finalizó Chávez.

Ante una breve rueda de prensa, en referencia a una pregunta dirigida a saber si durante el encuentro habían discutido acerca del convenio militar establecido entre Colombia y Estados Unidos, Santos dijo "hemos decidido pasar la página para que cualquier hecho del pasado, nos destruya las relaciones del futuro".

Acerca de que si ambos presidente consideraban que la Unasur era el espacio idóneo para la resolución de conflictos, Chávez declaró "La Unasur es nuestro espacio y estamos complacidos con la presencia de su representante, Néstor Kirchner (...) es la gran potencia suramericana".

Sobre la situación fronteriza, ambos mandatarios dijeron que han sido categóricos en que no permitirán la presencia de grupos ilegales en sus territorios, y que próximamente la comisión de seguridad que han establecido se encargará de discutir este aspecto.

CON LOS PELOS DE PUNTA




La última semana de sus ocho años en la Casa de Nariño, Álvaro Uribe tuvo que lidiar con noticias incómodas de la justicia con respecto a los miembros de su sanedrín y a su hijo Tomás Uribe.


DESPEDIDA
La casa en instalaciones de la Policía, el blindaje en la Comisión de Acusaciones y hasta las recomendaciones que le hace a su sanedrín son indicios de que Uribe estaría creyendo que su pesadilla apenas comienza.

PERFIL
El Pacificador

Tras ocho años en el poder, Álvaro Uribe deja un país más seguro y más rico, pero más corrupto y desigual. ¿Qué tan sostenible es su legado? Perfil escrito por María Teresa Ronderos, asesora editorial de Semana, para la revista Gatopardo.
Artículo El juicio de la historia
ESPIONAJE
La estrategia para acallar a los testigos de las chuzadas


Con el inicio del juicio por los casos de espionaje del DAS, también comenzaron las amenazas contra importantes testigos de la investigación. Fotos y audios que evidencian las intimidaciones a algunas de las personas clave en el proceso.

Los presidentes en Colombia suelen dejar el poder con una cierta sensación de alivio. Al fin y al cabo, les haya ido bien o mal en su mandato, sienten que se quitan un piano de encima. Pero el caso de Álvaro Uribe es toda una paradoja: se despide con el más alto rating (75 por ciento de buena imagen y 80 de apoyo a su gestión), pero también con una dosis de angustia, como si pensara que ahora es cuando comienza su pesadilla.

Por lo menos, varios hechos así lo demuestran. A diferencia de otros mandatarios que cuando dejan la Casa de Nariño deciden viajar al exterior o regresan a su residencia de siempre, Uribe prefirió trastearse a una de las casas ubicadas en el Centro de Estudios Superiores de la Policía, más conocido como Cespo. No podría encontrar un lugar mejor blindado en el país: allí no solo tiene su sede la Dirección de Inteligencia de esa institución, sino que vive el propio director de la Policía. El decreto de mayo pasado, que la entonces candidata Noemí Sanín cuestionó con tanta vehemencia, no solo tenía el propósito, como se dijo, de ampliar los beneficios de seguridad de los ex presidentes a los ex vicepresidentes, sino también para que los hijos de los ex presidentes puedan hacer uso de instalaciones de la Policía como esta.

Esas precauciones pueden ser naturales para un presidente que como Álvaro Uribe se fajó en una guerra sin cuartel contra la guerrilla de las Farc hasta llevarla a un punto de quiebre, y mandó a la cárcel en Estados Unidos a decenas de comandantes de ejércitos de paramilitares y narcotraficantes. Y por eso teme las retaliaciones de los enemigos que ha cosechado.

Pero no es solo su seguridad física la que le preocupa. Uribe, antes de dejar el poder, también buscó una armadura para protegerse de ataques jurídicos. "En la reunión de compromisarios de hace dos semanas, los de la U dijeron que la Comisión de Acusaciones no iba a hacer parte del acuerdo. Que tanto la presidencia como la secretaría serían de la U cuatro años, y que al presidente y al secretario les harían un test de lealtad a Uribe", le dijo a SEMANA uno de los asistentes a la reunión. Esta comisión es la única que tiene facultades para investigar no solo a los presidentes sino a los ex presidentes por hechos ocurridos durante su gestión. Además, también es la única que investiga a los magistrados de las altas cortes.

Y ha hecho extensivo a su sanedrín el ánimo de blindarse. Una fuente de la Casa de Nariño cuenta que Uribe le pidió a su secretario general, Bernardo Moreno, hoy enredado en escándalos como el de las 'chuzadas' ilegales del DAS, que se fuera para el exterior. Y a Sabas Pretelt, su embajador en Italia, que tiene líos por la yidispolítica, le sugirieron que no regresara por ahora. En un momento dado, desde afuera, podrían alegar persecución política y pedir asilo a gobiernos amigos.

Una cosa es que el ex presidente tema por su seguridad física y la de su familia luego de la guerra frontal que dio contra las Farc, y otra muy distinta que arme toda una estrategia para protegerse él y a sus escuderos de posibles retaliaciones de la justicia. A nadie se le ocurre, salvo a algunos fanáticos antiuribistas, que Uribe vaya a terminar tras las rejas o que la Corte Penal Internacional se lo vaya a llevar para juzgarlo como criminal de guerra en una Corte de Europa. Lo cierto es que hay entre quienes lo rodean algunos personajes que se han encargado de hacérselo creer. En menos de 24 horas, la semana pasada, la Casa de Nariño publicó cinco comunicados relacionados con los líos judiciales comentados.

La última semana del mandato de Uribe, que debía estar destinada a todo tipo de despedidas en las páginas políticas de los periódicos, se cerró con noticias en la sección judicial. Por una parte, la Corte Suprema compulsó copias a la Fiscalía para que investigue a su hijo Tomás Uribe por el supuesto delito de tráfico de influencias en el otorgamiento de una notaría. Y por otra parte, cuatro de los mosqueteros del ex presidente (Bernardo Moreno, César Mauricio Velásquez, Edmundo del Castillo y Jorge Mario Eastman) tienen que responder esta semana en la Fiscalía sendos interrogatorios por las 'chuzadas' ilegales del DAS.

Y como si fueran pocos los motivos de Uribe para estar mortificado, El Espectador y La FM revelaron hace ocho días apartes de las grabaciones que el DAS hizo a la sala plena de la Corte Suprema durante el 2008. Esa revelación tuvo dos efectos: de un lado, quienes no creían en la existencia del 'Watergate' criollo terminaron por convencerse ante la contundencia de las pruebas, y, de otro lado, quedó claro que, por la manera como algunos magistrados se refieren a Uribe en esas grabaciones, este tiene motivos para preocuparse. "Un día le oyeron decir a un magistrado que el Presidente era un falso y que toda la Corte estaba contra él", dice El Espectador, recogiendo el reporte de ese momento del DAS. En otro aparte dice que se escuchan "los comentarios de un jurista diciendo que al Presidente le iban a dar de su misma medicina". Y más adelante, que "se le escuchó afirmar al magistrado Yesid Ramírez que no le cabía duda de que el Presidente tenía que ver con las amenazas de muerte en su contra". Con esta última frase en la mano, el presidente Álvaro Uribe anunció que denunciará por prevaricato al magistrado Yesid Ramírez.

Ese, sin duda, es un ocaso triste para una relación que se planteó como una larga luna de miel entre el gobierno y la Corte cuando Uribe llegó a la Presidencia, que mostró síntomas de agotamiento en 2006, cuando Yesid Ramírez, en una dura entrevista, insinuó que Uribe prefería a la Corte Constitucional porque le había dado el aval para su reelección, y se rompió del todo cuando la Corte Suprema abrió el expediente de la parapolítica.

Otro nombramiento que, por lo ya dicho, preocupa al gobierno saliente es el del Fiscal General, según le comentó a SEMANA un congresista cercano a él. Hasta ahora se pensaba que, con el cambio de gobierno, el presidente Juan Manuel Santos propondría una nueva terna. Pero por lo visto la semana pasada, la situación no está tan fácil como se pensaba. Dos de los tres candidatos de la terna actual le dijeron a esta revista que no están dispuestos a renunciar a ella. Y la Corte Suprema, que es la encargada de elegir, está prácticamente paralizada para tomar este tipo de decisiones administrativas, porque está dividida en dos grandes bloques que por ahora parecen irreconciliables: el uno propugna por elegir a alguno de los miembros de esta terna, y el otro, en el cual están los magistrados más radicales con el gobierno de Uribe, se opone a ello. El gran interrogante es si el presidente Santos y su ministro Germán Vargas podrán reconciliar a las dos partes.

El pasado jueves 29 de julio, tres profesionales de la salud de la Clínica Santa Fe llegaron hasta la Casa de Nariño para atender al presidente Uribe. Los llamaron para que le revisaran un fuerte brote en la cara. No es la primera vez que le ocurre, le ha pasado en otros momentos de gran estrés. Sin duda, es toda una paradoja que el Presidente más popular de los últimos 50 años en Colombia, el mismo que se echó el país al hombro para acabar con la pesadilla de las Farc, no sienta alivio al dejar el poder.

martes, 10 de agosto de 2010

ABRIENDOLE TROCHA A UN NUEVO MODELO DE NEGOCIACION DEL CONFLICTO ARMADO


“Carta Abierta a los Fundadores de la Red
de Universidades por la Paz, REDUNIPAZ.”



Santiago de Cali
Agosto 7 de 2010

Compañeros,

Profesor Alfredo Correa de Andreis***, Gladis Ximeno, Alejo Vargas, Jaime Zuluaga, Carlos Romero, Padre Gabriel Izquierdo, Roberto Solarte, Hernando Llano, Carlos Alvarez, Adolfo Alvarez, Victor Mario Estrada …y otros 50 colegas muy apreciados…

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Ustedes recordarán, y sobre todo Alfredo, quien, no obstante su cobarde asesinato, como nunca continúa activo, cómo a mediados del último año del corto siglo XX, en un ambiente marcado por el optimismo y la esperanza, nos reunimos en la Universidad del Valle para fundar la “Red de Universidades por la Paz, REDUNIPAZ”. Entonces, nuestro propósito no era otro que el de proporcionarle al Movimiento social por la Paz un Pensamiento Estratégico cada vez más sólido alrededor de los problemas de la construcción de paz, así como brindarle nuestro entusiasmo político académico para contribuir a sacar adelante la causa de la negociación política del que llamábamos “conflicto político social armado”. Realizamos, entonces, cuatro Congresos universitarios nacionales, cuya asistencia nos proporciona la medida de la evolución del entusiasmo pacifista, aunque activo y crítico, que nos embargaba. Al primero, realizado en Bogotá en 1999, fuimos unos mil académicos; al año siguiente, la Universidad del Magdalena se evidenció pequeña para recibir a los tres mil que asistimos; en el 2001, con el fervor en bajada, a La Universidad de Caldas sólo fuimos unos 400 profesores y en el 2002, algunos colegas tuvieron que invitar a sus estudiantes para que escucharan las Ponencias de algunos de los 100 docentes que fuimos a Bogotá al cuarto y último Congreso. Como se podrá inducir, la causa de la negociación política del conflicto armado había hecho crisis en la mente, las actitudes y las conductas de los intelectuales colombianos.

Fue ése el contexto de historia en el que, con muchos altibajos en los contenidos y la escritura, nacieron los “Atisbos Analíticos” que hemos llevado ya hasta este número 120.También importa destacar ahora que ese esfuerzo de REDUNIPAZ, que logró presencia en más de 30 Universidades, fue, ante todo y sobre todo, el resultado de una alianza intelectual - práctica, inédita, política y tolerante- entre profesores de las Universidades Nacional, Javeriana y del Valle, tres Organizaciones que, aunque de inspiración distinta, han logrado, a partir de sus avances en la investigación, producir Pensamiento estratégico crítico sobre los más graves y urgentes problemas de la nación colombiana.

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Dado este contexto, el objeto de esta misiva no es otro que el de invitarlos a ustedes- y, a través de ustedes, a todos los universitarios colombianos, docentes, estudiantes, empleados y trabajadores- a relanzar la RED, ya no bajo la denominación un poco esquiva de “Red Universitaria por la Paz”, sino como “RED UNIVERSITARIA POR LA NEGOCIACIÓN DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO”, “REDUNI-NEGOCIACIÓN”.

Que otro es el contexto de historia del conflicto armado colombiano? Cierto. Que el Modelo de Negociación debe ser replanteado con valentía, claridad, honradez e imaginación? Es perfectamente válido. Esto no obstante, nuestra misión como académicos continúa siendo la misma, primera, brindar pensamiento crítico estratégico, y, segunda, aportar a la causa nuestro entusiasmo práctico de académicos comprometidos con la reinvención del Estado y de la Nación.

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Para empezar digamos que, en una primera fase, dados los obstáculos que desde la mente de los colombianos conspiran contra ese horizonte, todos los esfuerzos deben orientarse a posicionar la agenda de negociación política del conflicto armado.

Quemar esta etapa, presionados por premuras del momento o por la aparición de pequeñas esperanzas, puede significar quemar el pan a la entrada del horno como sucedió en el Caguán cuando, con precipitación, se entró a una negociación sin una previa y necesaria pre-negociación. Una cosa es que sigamos pensando que la negociación política es el camino ciudadano cultural y sicológicamente más sano de tratamiento de la guerra interna, y otra cosa es que existan las condiciones objetivas y simbólicas para entrar a marcharlo. Estas, de modo necesario, deben ser construidas, lo que tiene que ver con sus tiempos, los tiempos de la aclimatación de una salida negociada, ahora bajo un esquema distinto de los del Caguán y la Seguridad democrática, pues el primero se frustró mientras que el segundo ya dio de sí todo lo que podía dar.

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Al empezar a leer estas anotaciones, algunos de ustedes podrían anticipar, “es que en materia de conflicto armado, el 2010 no es el 2.000”. Y en efecto, en esta etapa histórica del 2010, la del Gobierno de Uribe, en lo interno nada o casi nada está jugando a favor de un tratamiento negociado del conflicto armado: en primer lugar, el gobierno a través de su más alto Mando militar le acaba de decir a las guerrillas que, “o se entregan o se mueren”, y que, como ha reiterado el Vicepresidente Santos, ”la mejor política de paz es continuar tras ellos” (1); en segundo lugar, el presidente saliente se ha esforzado por atar con un nudo gordiano la salida militarista a la condición de casi inmodificable Política de Estado; y, en tercer lugar, el presidente entrante, aunque ha sido cauteloso y parco en sus declaraciones, viene de una tradición de haber sido, asesorado por el Pentágono, el gran arquitecto de las máximos, más jugosos y mejor explotados golpes sicológico-publicitarios asestados a las guerrillas, estilo “Operación Jaque”.
Esto no obstante, tres circunstancias, dos internas muy localizadas y una externa, más represada, podrían jugar a favor de un viraje en la Política del Estado frente a las guerrillas.

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En primer lugar, si para algo ha servido, entre otras cosas, la Estrategia de Seguridad democrática ha sido para que, por vez primera en la historia colombiana, los más altos agentes del Estado, el presidente y los generales, hayan experimentado de modo práctico la imposibilidad de someter militarmente a las guerrillas. Y si alguien experimentó de modo vivencial esa imposibilidad fue Juan Manuel Santos, el entrante presidente colombiano. Durante ochos años, Uribe, Ministros, Altos Mandos y casi todo el aparato de Estado se jugaron contra las Farc comprometiendo todos los recursos disponibles- fiscales, militares, discursivos, políticos, normativos, simbólicos- obteniendo como logro central su contención en el vertiginoso ascenso militar que habían alcanzado entre 1985 y el 2002.

Pero, ¿qué era lo que esperaban? Los más radicales, con Uribe a la cabeza, su derrota militar, o, por lo menos, colocarlas en una situación de casi solicitada negociación dada su precariedad militar. Pero, ni lo uno ni lo otro, ni derrotadas, ni puestas en condiciones de casi necesaria capitulación, aunque sí “contenidas”. Claro que esto, la contención, implicó para las Farc un retroceso militar, pues el gobierno las obligó a replantear su estrategia, sobre todo en lo relativo a sus metas de avance en el progresivo control territorial del país, que era al horizonte estratégico al que estaban apuntando desde la toma de la Base militar de “Las Delicias”. Un sector más moderado de uribistas, en cambio, se movía bajo la expectativa de unas guerrillas que, militarmente debilitadas, en el caso de una negociación tendrían menores bases de poder para exigir reformas estructurales. Era lo que les había aconsejado el siempre lúcido Alfonso López cuando observó en el Caguán a unas guerrillas envalentonadas exigiendo todo tipo de reformas estructurales. Esos señores, dijo, lo que quieren es que les hagamos por decreto la revolución social.

Entonces, estimados colegas, el mayor logro objetivo de la Seguridad democrática, “la contención del ascenso militar de las Farc y las implicaciones también militares a ella inherentes”, es una circunstancia que, manejada de modo adecuado, puede jugar a favor de una salida negociada de la guerra interna, pues el presidente Santos sabe, por haberlo experimentado en laboratorio propio, que en el momento de “la hora” de la salida militar, las Farc no fueron derrotadas.

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Experiencias pasadas como las del “Movimiento social por la Paz”, la “Red de Universidades por la Paz”, “Colombianos y Colombianas por la Paz” y las acciones jalonadas por un amplio sector de la Iglesia católica y por otras Iglesias cristianas, en sus interacciones y consecuencias y con las reorientaciones que sean del caso, constituyen ya un acumulado histórico que debe ser un punto de partida crítico para brindarle una amplia base social, mental y simbólica al más sólido “Movimiento ciudadano por la Negociación política del Conflicto armado”. Al respecto, hoy 3 de agosto ha escrito Horacio Serpa,

“La prosperidad democrática que desarrollará el Presidente Santos solo será posible si entre todos somos capaces de imaginarnos escenarios para la paz, que permitan aprender de las experiencias fallidas para no repetir los errores y escuchar la polifonía de voces que habitan nuestra democracia. Se necesita mucha imaginación, pero también mucho pragmatismo, para salir adelante. Tenemos que ser capaces de reinventarnos como nación, con cambios profundos y sostenibles en el ámbito social, político, económico, teniendo claro que hay que reparar a las víctimas y reincorporar a los futuros ex militantes de la guerra”. (2)

De nuevo, no sobra reiterarlo, se trata de unos procesos que deben ser socialmente reconstruidos dentro de los tiempos de aclimatación de una salida política de la guerra interna.

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Pero, ahora durante su viaje por Europa y América Latina el presidente electo debe haber recogido un discurso que, atrapado, serpentea en los entresijos de las relaciones entre los distintos dirigentes del mundo al margen de sus posturas confesadas en público frente al presidente Uribe: ocurre que el asunto del conflicto armado colombiano es ya mucho lo que, de modo directo o indirecto, los está molestando y hasta fastidiando. Se trata de una situación subjetiva, que se ha objetivado en el elevado grado de deterioro en que se encuentra la Política exterior del Estado colombiano siendo el cuadro clínico latinoamericano un ejemplo prototípico sobre la materia. De nuevo, ha sido la experiencia de la Seguridad democrática la mejor expresión de la incapacidad, ya casi crónica, de la clase dirigente colombiana para encontrarle una salida positiva a su guerra interna.

Desde esta óptica, diríamos, entonces, que las circunstancias externas favorables a una negociación política del conflicto armado están predominando sobre las internas y que conocedor de esta situación, así como de la imagen negativa que sobre el Estado colombiano han regado por todo el mundo los “falsos positivos”, más temprano que tarde el Presidente Santos, niño mimado del Pentágono y de la aristocracia bogotana, se verá obligado a reformular la Política de Seguridad democrática.

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Estimados colegas, ahora ya lo sabemos, variopintas fueron las razones por las que el Modelo Caguán no pudo operativizarse como Estrategia de construcción de una negociación. Primera, porque la zona de despeje no fue el producto de un acuerdo sino, más bien, el resultado del miedo. Del miedo del Ejecutivo y de los Mandos militares de cara a una guerrilla que, como lo evidenció la toma de la Base militar de Las Delicias, en 1995 estaba haciendo el tránsito de la guerra de guerrillas a una guerra de movimientos. Estaba alcanzando la condición de un cuasi ejército. Segunda, porque se aceptó como zona de despeje una región en la que las Farc, por ser su retaguardia, ya había alcanzado, en lo táctico, importantes ventajas comparativas de poder. Y tercera, porque se entró a negociar sin haber negociado la negociación, lo que impidió la definición de unas reglas de juego claras, así como de una agenda básica. Esto no lo estamos escribiendo desde la óptica de las críticas que la Seguridad democrática le formuló al Caguán, pues por ese entonces, en 1999, escribimos así en uno de los Atisbos,“la táctica de despejes territoriales con fines de distensión, fue un acierto en lo político, aunque en lo táctico militar, su aplicación en esa región haya constituido un error…Desde entonces ha sido tan enorme la importancia de la zona de distensión que ésta y no el proceso mismo, terminó por convertirse en el meridiano de todas las tensiones que en el último año se han presentado entre las farc, de una parte, y el Estado, de la otra”. (3)

Tenemos claro ahora que el problema de las zonas de despeje no es asunto de “principios” sino un asunto táctico ligado, sobre todo y ante todo, a la necesidad y obligación del Estado de brindarle protección integral a todos y cada uno de los negociadores, así como de facilitarles un ambiente, aún físico, de distensión, que facilite el necesario desmonte de las recíprocas desconfianzas. Pero, eso se puede lograr en otros espacios donde quepan unas mesas, cómodas y apacibles, ya sean circulares o cuadradas, físicas y simbólicas, ya estén en Colombia o en el exterior, en una Capilla o en una sede diplomática.

Al repasar ahora los Atisbos, que pergeñé en esos días, me encuentro Con la insistencia en el hecho de que al Caguán se fue a negociar sin haber pre-negociado las reglas de juego. La razón lo acompaña, por lo tanto, al nuevo Ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, en una entrevista concedida al El Espectador. En el transcurso de ella, a una pregunta sobre si estaba dejando la puerta abierta a posibles diálogos con la guerrilla, postura ésta, le dijo el entrevistador, distinta de la que se le había conocido, respondió, “Yo no he dicho nunca que no, lo que he dicho es que diálogos como los que se adelantaron en otras épocas- sin acuerdos precisos, sin temas definidos y sin compromisos claros- son inconvenientes. Los diálogos no se pueden convertir en una oportunidad para que las fuerzas ilegales se reorganicen…”. Al preguntársele,” Y diálogo con reglas claras sí? “, respondió, “Esa es una decisión que le compete al presidente Santos”. (Subrayados nuestros). (4)

Por lo tanto, al hablar de un nuevo Modelo de Negociación debe quedar claro que un asunto central sí es el de la protección integral, por parte del Estado, a todos y cada uno de los negociadores, y que, por lo tanto, el viejo asunto de los despejes territoriales no tiene que gravitar como central. En lo que no se puede fallar es en lo relativo a una necesaria negociación de la Negociación, que permita definir reglas precisas de juego, así como en la necesidad de un proceso previo de desmonte de las desconfianzas recíprocas.

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Pero, la Seguridad democrática, no obstante sus logros militares, el ya señalado de “la contención”, se quedó rezagada de cara a sus expectativas originarias, la derrota militar de las guerrillas, o por lo menos, el haberlas colocado en una condición de casi necesaria capitulación. También por muy variadas razones la Estrategia de Seguridad democrática se ha venido desvaneciendo o, por lo menos, debilitando: por quedarse casi sin financiamiento por haber tirado en solo ocho años la Casa fiscal por la ventana; por su impacto directo sobre el aislamiento internacional del país; por su incapacidad de aprender de su propia práctica; por el reiterado incumplimiento en las fechas dadas para derrotar a las guerrillas; por su marcada incidencia en el ahondamiento de la crisis entre las ramas del poder público; y porque, concebida para derrotar unas violencias, otras han terminado siendo su fruto casi natural.(5) Pero, su mayor precariedad ha consistido en que la Seguridad democrática no ha podido funcionar como Estrategia de re-guerra sin el complemento casi natural de la Estrategia antiética del “todo vale”.

Entonces, por haber ya dado de sí casi todo lo que podía dar, por haber sufrido un agudo debilitamiento asociado a las cinco razones ya esbozadas y, sobre todo, por la dificultad de separarla del “todo vale”, más temprano que tarde, aunque no virase hacia una opción de negociación dentro de un nuevo Modelo, el Presidente Santos se verá obligado a replantear con vigor la Estrategia de tratamiento de la guerra interna.

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Estimados Colegas, me acompaña la seguridad de que el acumulado de experiencias y de pensamiento estratégico crítico que tenemos sobre los problemas de la guerra y la paz en Colombia, le permitiría a la nueva “Red de Universidades por la Negociación del Conflicto armado” hacer contribuciones importantes a las reformulaciones que sean del caso. Es necesario, por otra parte, que empecemos a hacernos una autocrítica en torno a algunos problemas centrales, que han terminado por quedar socialmente asentados y aceptados casi como “inamovibles”. En particular, me voy a referir a uno, al de las relaciones entre una negociación política de la guerra interna y las llamadas reformas estructurales de la sociedad colombiana. En su versión extrema, desde el Caguán se ha venido afirmando que sin reformas sociales en profundidad, las sociedades civiles no podían contribuir a pactar el final de la guerra interna. Fue esa postura la que hizo que, desde las lógicas del establecimiento, Alfonso López Michelsen proclamara que muchos -seguro que estaba pensando en la izquierda- pretendían que, por decreto, se les hiciese la revolución social. Pues bien, sabemos que el Modelo- Caguán también fracasó porque el Estado y los dueños de la gran propiedad se negaron a asumir el costo económico y fiscal de las reformas estructurales que le dieron forma a la Agenda de Paz que finalmente se levantó. Esto no obstante, debemos preguntarnos ahora si la negociación de un conflicto macro de nunca acabar, como el colombiano, debe quedar condicionada a que se hagan las profundas reformas sociales que el país requiere. Quizá estemos equivocando los ámbitos de acción, el de la negociación es la coyuntura política de oportunidad para ponerle punto final a una conflicto ya casi secular, mientras que el de la revolución social es y debe ser el de las luchas sociales y políticas de las masas no propietarias. No es que de una negociación así, no se deriven una serie de reformas pero ajustadas a la naturaleza del conflicto a tratar. Algunos dirán que las guerrillas existen dadas la profunda inequidad social que caracteriza a esta sociedad. Pues bien, en este caso, parte de la negociación consistiría en brindarle a los exguerrilleros los espacios institucionales de democracia más adecuados para que en ellos libren sus luchas por la revolución social.

Bienvenidas sean las reformas sociales que se puedan derivar de una negociación política del conflicto armado, pero ellas no pueden convertirse en una condición sine qua non de la negociación de un conflicto ya semisecular y cuyo costos pluridimensionales asfixian cada vez más al conjunto de la sociedad y cuyas consecuencias e impactos externos han aislado del mundo a esta casi siempre internacionalmente aislada nación.

He ahí, estimados amigos, una razón de más para alentar nuestras luchas político académicas y práctico ciudadanas por una Colombia sin conflicto armado.
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Por estos días, la palabra “diálogo”, lanzada desde distintas ventanas, ha vuelto a aparecer, todavía volátil e insegura, en el lenguaje de la cotidianidad. “Dialoguemos, conversemos y busquemos una salida política”, dijo Alfonso Cano, de modo positivo la recibieron Angelino Garzón y, como ya vimos, Germán Vargas Lleras, adelantando algunas posibles condiciones y Monseñor Rubén Sánchez asumió, con entusiasmo pero con prudencia, ese posible nuevo horizonte.

Pero, nosotros creemos que para que el país no se aboque a una nueva frustración, una posible salida dialogada debe pasar primero por nueva fase que, pausada y tranquila, llegue a un buen estado de madurez. Es la etapa que hemos denominado de “aclimatación de la negociación de la Negociación” orientada a ganar certezas recíprocas sobre la solidez y honradez de la propuesta de diálogo y, por lo tanto, a desmontar las desconfianzas. La experiencia nos ha señalado que esto se puede lograr mediante dos métodos, cuya aplicación debe ser previa a una segunda fase que sería la de la negociación de la Negociación propiamente dicha. Primero, el “método de los hechos de paz”: que la palabra comprometida sea la expresión de acciones efectivas, que, en lo empírico visible y comprobable, expresen una clara voluntad de negociación. Y segundo, “el método de los compromisos temporales”: que las partes se comprometan a ejecutar acciones concretas y verificables dentro de plazos explícitamente definidos.

Compañeros fundadores de REDUNIPAZ: ésta no es más que una propuesta, la de relevantar la Red, ahora como “RED DE UNIVERSIDADES POR LA NEGOCIACIÓN POLÍTICA DEL CONFLICTO ARMADO”. Como ya tenemos una experiencia recorrida, para que podamos entrar a reflexionar, dialogar, proponer y contraponer, podríamos solicitarle al Padre Gabriel Izquierdo y al profesor Roberto Solarte que estudien la posibilidad de reactivar el aparato mediático de REDUNIPAZ y que actúen, desde la Universidad Javeriana de Bogotá, como Coordinadores de este proceso de reconstrucción, pues en el pasado lo hicieron con mucha eficacia y altura intelectual.


Atte
ECOPAIS/ATISBOS ANALITICOS
Humberto Vélez Ramírez, humbertovelezr@gmail.com,
Jorge E. Salomón, templario006@yahoo.es
Nelson Andrés Hernández, nandres11@yahoo.com

*** Alfredo Correa de Andreis, sociólogo, investigador, profesor universitario y exrector de la Universidad del Magdalena, por “buscar la verdad académica” sobre los problemas de su región, fue asesinado el 17 de septiembre del 2004; el 17 de junio había sido detenido por agentes del Das Bolívar acusado del delito de “rebelión”. Fue uno de los más entusiastas fundadores de REDUNIPAZ.

EL DIA EN QUE E.U FUE INVADIDO POR UN ENEMIGO IMAGINARIO


8 AGOSTO 2010 5 COMENTARIOS – CUBA DEBATE.

Distintos focos direccionales de búsqueda de aviones iluminando el contorno de una nube. Los puntos blancos eran las explosiones causadas por las municiones con cabeza explosiva utilizadas
Tomado de Anfrix

La Batallas de Los Ángeles, nombre con el que hoy se recuerda al evento ocurrido entre las últimas horas del día 24 y las primeras del día 25 de Febrero de 1942, fue quizás uno de los eventos más bochornosos protagonizados por las fuerzas de defensa nacional de los Estados Unidos. Empujados por la paranoia que trajo el ataque japonés a Pearl Harbor, las unidades de control aéreo costero confundieron un globo meterológico con un avión de reconocimiento de avanzada japonés.

Convencidos de que estaban a puntos de ser atacados por bombarderos y muy posiblemente paracaidistas suicidas japoneses, el alto mando de la guardia nacional ordena que se comiencen las tareas de defensa. La población, aterrorizada por las sirenas de alarma, corrió a esconderse en todo tipo de sótanos y refugios, mientras que a su veces era cortado el suministro eléctrico a toda la ciudad sólo permitiendo la alimentación de los gigantescos focos direccionales de luz a lo largo de la costa que iluminaban los cielos en busca de bombarderos.

A la par, la guardia civil comenzaba a tomar posiciones estratégicas y distintos escuadrones aéreos comenzaban a ponerse a punto, entre los que se encontraba el 4to comando de interceptores, flota creada especialmente para defender la parte baja y media de la Costa Este de los Estados Unidos.

Las declaraciones del secretario de la marina más allá de traer calma causaron aun un mayor revuelo en la ya conmocionada población de Los Ángeles

Si embargo, y como si las sirenas, los soldados, las luces y los aviones preparándose para enfrentar a los japoneses ya no fuesen mucho problema, el punto máximo de ésta invasión imaginaria comienza cuando pasadas las tres de la madrugada el alto mando, temeroso por la cantidad de espesas nubes de lluvia que surcaban el cielo, ordena a la 37ava brigada de artillería costera que abra fuego “sobre el enemigo”.

Sin saber sobre dónde se encontraba ése poderoso y ciertamente sigiloso enemigo, los artilleros realizaron todo tipo de distintos patrones circulares y lineales de fuego, intentando de ésta manera cubrir varios sectores del cielo con municiones explosivas. Esto duró menos de una hora y llevó a que, entre otros tipos de municiones, se disparasen más de 1400 balas de 12,8 libras -poco más de ocho kilogramos y medio-, varias con cabezas explosivas, las cuales al caer sobre la ciudad llevaron a causar destrozos sobre los edificios, así como incendios y la muerte de tres inocentes.

Al día siguiente, el secretario de la marina, Frank Knox debió salir a enfrentar a una fervorosa prensa que lo cuestionaba sobre qué fue realmente lo ocurrido y por qué, ciertamente, si no hubo flota de invasión japonesa alguna los sistemas de defensa de los Estados Unidos abrieron fuego causando destrozos y muerte en la ciudad.

En vez de desmentir lo ocurrido y aceptar el error, Knox dio respuestas inciertas, aumentando aun más la paranoia. Ante la conmoción el Congreso decidió establecer una comisión investigadora para analizar los eventos, y todo terminó siendo clasificando como un caso de nervios de guerra. En 1983 una nueva comisión investigadora reabre el caso y, tras investigar material fuente de la época, establece como origen de los hechos la confusión por parte del control aéreo costero de un globo meteorológico con un avión de avanzada japonés.

Tapa de Los Angeles Times describiendo lo sucedido, no sólo en los aires sino en el suelo. Vemos varios de los destrozos causados a la propiedad civil por parte de las balas

EL PRIMER MANDATARIO VENEZOLANO CONFIRMÓ EL ENCUENTRO

Presidentes Chávez y Santos se reunirán hoy martes en Colombia

Los cancilleres María Ángela Holguín, de Colombia y Nicolás Maduro, de Venezuela, se reunieron este domingo en Bogotá durante tres horas. "Estaremos ahí con las manos extendidas para comenzar de nuevo" manifestó el Presidente Hugo Chávez.
Prensa Yvke Mundial/VTV/RNV
DOMINGO, 8 DE AGO DE 2010. 6:45 PM


Foto (Prensa Miraflores)


Los presidente de Venezuela y de Colombia, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, respectivamente, se reunirán este martes en el país neogranadino.

Así lo anunció el canciller venezolano Nicolás Maduro, al término de la reunión de más de tres horas con su homóloga de Colombia, María Ángela Holguín, encuentro al que asistió el Secretario General de Unasur, Néstor Kirchner, el cual se desarrolló bajo un clima fraterno según lo manifestaron los tres diplomáticos.

"El presidente Santos, durante su campaña y ayer lo reiteró durante su discurso de posesión, busca un diálogo franco y directo con Venezuela. Hoy creo que el canciller Maduro y yo hemos dado ese primer paso con un dialogo franco y directo con el objetivo de restablecer las relaciones, unas relaciones en un marco de transparencia y franqueza", dijo Holguín a los periodistas.

La nueva canciller agregó que "el segundo paso lo darán los presidentes hoy, con una reunión en Colombia".

El canciller venezolano expresó su satisfacción por el resultado. "Realmente estoy muy satisfecho de la forma como he conversado, de los temas que hemos empezado a trabajar y como dijimos vamos a actuar de manera transparente", aseveró Maduro ante la prensa congregada en la Cancillería.

Maduro reiteró que "el día martes, a la hora del mediodía, aquí en Colombia", los presidente Chávez y Santos "tendrán la posibilidad de conversar" y de "tomar las decisiones que favorezcan al mayor nivel las relaciones entre los dos países".

Chávez: Reconstruir lo destruido por Uribe

Por su parte, el Comandante Chávez, quien transmitió el anuncio de Bogotá desde el programa "Aló, Presidente", realizado este domingo en Miraflores, afirmó que su encuentro del próximo martes con el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, marcará el inicio de la reconstrucción de las relaciones bilaterales, luego de haber sido destruidas por el anterior gobierno de Uribe.

"Este reencuentro para comenzar a reconstruir lo que se perdió por una obsesión guerrerista y muchas otras cosas que no vale la pena volver a mencionar. Allí está la historia de estos años para que sea registrada con objetividad".

"Lo que se perdió se perdió y habrá que reconstruir con nuevas bases y respeto, respeto y más respeto", advirtió.

"Estaremos trabajando duro para esa reunión, a la cual iremos con las manos extendidas y este corazón para comenzar de nuevo", exclamó.

Aseguró Chávez que para este intercambio con Santos, previsto en un lugar aún no precisado de Colombia, su intención será convertirlo en resultados para bien de ambos países, la paz y el progreso.

El Jefe de Estado ratificó su decisión de trabajar en lo que esté a su alcance para lograr la paz en Colombia, donde más de cinco décadas de conflicto interno han dejado nefastas consecuencias.

Queremos ayudar, sentenció el dirigente, quien descartó nuevamente cualquier respaldo a grupos armados neogranadinos.

EL PRESIDENTE DEL SECTOR PRIVADO

Por: Rodolfo Arango de El Espectador


NO EN VANO EL ENTRANTE Presidente Santos ha nombrado y promete nombrar personas procedentes del sector empresarial en varios ministerios cruciales para su programa de gobierno: Vivienda, Medio ambiente, Educación y Salud. A economistas ha encargado la dirección de la plata, la tierra, el trabajo y el subsuelo.

Estas decisiones no sorprenden cuando proceden de un mandatario con visión gerencial y privatista del Estado. Con un talante menos demagogo y más técnico que el de su antecesor, algo por cierto refrescante, el nuevo inquilino de Palacio poco logrará en la lucha contra la pobreza, la violencia y la desigualdad social. La conclusión no es por aguafiestas. Se basa en la concepción social que subyace a su programa de gobierno.
A Santos lo une un viejo matrimonio con el empresariado. El paso por la Federación de Cafeteros le ha dejado huella. Este vínculo es ciertamente legítimo y comprensible. Proviene de la convicción de que el sector privado hace las cosas mejor que el público, aun cuando cobre altos réditos por ello. El Estado debería según este entendimiento ocuparse en proteger la vida, la propiedad, el cumplimiento de los contratos y la integridad territorial, y no gastar más de lo necesario en educación, salud, vivienda o seguridad social.
Grave en esta visión política es la concepción del trabajo como “empleo” y no como “vocación”. Santos asocia el progreso del país con una sociedad de pocos ricos y muchos empleados, no con una de seres autónomos que gozan de sus propios medios de producción. En eso su ideología se parece a la del Opus Dei, que se vanagloria de ayudar a los sirvientes a ser buenos en su oficio.
El gobierno Santos concentrará buena parte de sus esfuerzos en aumentar los ingresos de la Nación con la explotación de recursos mineros y petroleros. Pero esto no genera mayor empleo. La rebaja en IVA o renta tampoco basta para crear millones de puestos de trabajo. La ley que eliminó las horas extras y redujo los salarios beneficiando a los empresarios fue un fiasco que desmejoró a los trabajadores. Ausente está en su ideario un proyecto equivalente a la “revolución en marcha”, generadora de empleo y favorable a la redistribución económica. El gobierno que inicia no contempla transformación social ninguna. Sus cinco locomotoras requerirán pocos operarios. Alguna expectativa genera el vagón de la innovación gracias al nombramiento de Orlando Ayala, alto asesor de Bill Gates, en el Ministerio de Comunicaciones.
A Santos parece preocuparle más administrar la dependencia económica que redistribuir la riqueza e invertir en el desarrollo humano. Una revolución en la agricultura, con el retorno de los desplazados a sus tierras y con una reforma agraria ambiciosa, es un propósito que se estrella contra sus propias políticas fiscalistas. Tampoco existe una integracionista con los países vecinos que permitiera el fortalecimiento como bloque económico de los países del norte de Suramérica y del sur del Caribe. Por lo contrario, el gobierno heredará en el plano internacional a un presidente Chávez en calidad de vocero político de las Farc, brazo armado del movimiento bolivariano, y a un presidente Correa respetuoso del juez que procesa penalmente a Santos y lo pide en extradición. En este contexto de cosas, una concepción política, minimalista en materia de Estado y conservadora en lo social, no parece poder garantizar logros significativos en el combate contra los grandes males del país.

EL REY HA MUERTO

Por Julián Cubillos*



OPINIÓN: Y se va -nuestro glorioso mandatario- habiendo sacado a flote los más malos sentimientos morales de este país… Haciéndolos ver como sentimientos nobles.
Viernes 6 Agosto 2010 – SEMANA.COM

Siempre será fácil suponer que la frase “Dios ha muerto” enuncia la simple opinión de un ateo más (del filósofo alemán Friedrich Nietzsche) y que, por tanto, puede ser refutada apelando al latente hecho de que la mayoría de las personas sigue creyendo en Dios. Siempre será posible objetar que el mismo autor de la tan conocida frase terminó volviéndose loco, y que él sí –no Dios– está bien muerto ya. Son salidas fáciles y, por lo mismo, nada edificantes. Algo realmente edificante, si bien un poco más difícil, es intentar pensar que la frase puede tener un sentido, más que lapidario, realmente constructivo.

Podríamos pensar, por ejemplo, que en dicha frase la palabra ‘Dios’ representa un mundo ideal, que supera los límites de nuestra realidad. Un mundo del que –no nos digamos mentiras– nadie sabe nada, y del que unos pocos, sin embargo, pretenden saberlo todo. Pero al margen de la crítica al negocio y, por ende, al poder que para esos pocos representa esta creencia, bien haríamos en entender la frase de Nietzsche como una sana invitación. Como un llamado a la sensatez.

Porque si Dios no existiera ya –una vez solos–, podría ser que nos aceptáramos tal y como somos, al mismo tiempo que nos preocupáramos por ser personas cada vez mejores. O, entre tantas otras cosas deseables, podríamos ser nuestros propios jueces y, en consecuencia, fortaleceríamos más nuestras instituciones para cuidarnos de nosotros mismos. De nuestros posibles excesos. Quizá nos veríamos obligados también a aceptar que el único paraíso posible sería el que pudiéramos tener aquí en la tierra y, así, nos ocuparíamos de construirlo. En efecto, pero quizá no. Sin Dios, quizá todo sería un caos y el mal imperaría por doquier.

Quizá. Sólo que, aun con Dios, puede ser que desde siempre el mal haya alcanzado límites insospechados: que se bombardeen países en nombre de Él, que se libren guerras santas y que hayan creyentes fervientes que, además, sean sicarios, paramilitares, guerrilleros, políticos corruptos y hasta sacerdotes pederastas, entre tantos otros.
Siendo ese nuestro triste caso: ¿Por qué, entonces, nos cuesta tanto aceptar la frase “Dios ha muerto”? ¿Por qué, si no creer en Dios no implica creer en el diablo, ni implica ser una mala persona? La respuesta es muy obvia: porque no queremos. Porque siempre será más cómodo no tener que sentirnos, del todo, responsables de nuestros propios actos –ya que hasta el más malo, aun en el lecho de su muerte, confía en que Dios sabrá entenderlo, sabrá perdonarlo–.

Así pues, como tantos otros males, el problema aquí es de falta de voluntad, producto de la comodidad. De esa misma falta de voluntad que explica también por qué no queremos vivir sin héroes, sin padres o hermanos que se echen la casa al hombro, sin mandatarios abnegados (en apariencia): sin Uribe.

Es por eso que no votamos por partidos políticos, por programas de gobierno, sino por individuos –por aquellos que, esperamos, se echen el país al hombro–. Es por eso que nos duele tanto que se vaya Uribe, a quien siempre quisiéramos tener en el poder, como si fuera un rey.

Por fortuna, sin embargo, hoy podemos decir que el rey –este ‘rey’– ha muerto. Porque con todo y la comodidad que para nosotros representaba tener a Uribe en el poder, su mandato sacó a flote los más malos sentimientos morales de este país y, lo peor de todo, nos hizo creer que eran sentimientos nobles, deseables.

Porque fue en este gobierno, para mencionar tan solo uno de los tantos casos lamentables, en el que se nos hizo creer que no era del todo malo asesinar a jóvenes inocentes, haciéndolos pasar como guerrilleros caídos en combate. Porque fue más noble –como no lo fueron esos ‘chinos de barrio pobre’– hacerle creer al país que estábamos avanzando en cuestiones de seguridad, manteniendo en alto la moral de nuestras fuerzas militares. En efecto, si bien estos crímenes de Estado fueron realmente lamentables, el nivel de popularidad con el que termina este gobierno demuestra que, en el fondo, no los encontramos del todo reprochables, porque ‘el fin justifica los medios’.

El mismo Nietzsche entendió muy bien que su pensamiento había llegado demasiado pronto, que el mundo no estaba preparado para aceptar la muerte de Dios. Creo que en Colombia, de manera similar, las encuestas revelan que no estamos preparados todavía para vivir sin Uribe. El daño está hecho. Es que la falta de voluntad se traduce también en falta de autonomía –en pereza y cobardía–; es que la falta de voluntad es mala voluntad.

Con todo, una buena lección sí podríamos sacar de estos ochos años. Como ya lo dije hace seis meses en este mismo espacio, si bien el gobernante populista parece sacrificar su bienestar por el de su pueblo, este sacrificio –al generar dependencia en sus gobernados– se le retribuye en una forma de poder cuyo deseo es cada vez mayor: el gobernante populista no es, en lo absoluto, un abnegado, es más bien un dictador en potencia.

Insisto, para nuestra fortuna, este rey –este mal intento de dictador– no va más.

*Magíster en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia y profesor catedrático de Humanidades de las universidades del Rosario y Jorge Tadeo Lozano.
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URIBE NO ESTA CALIFICADO PARA DEFENDER EL DERECHO INTERNACIONAL



[ 08/09/2010] [ Fuente: CODHES ] [ Autor: CODHES] – ONIC.


El Secretario General de las Naciones Unidas Ban ki-moon debe reconsiderar el nombramiento del saliente presidente de Colombia Alvaro Uribe Vélez en el panel de investigación sobre el ataque israelí a la flotilla humanitaria en la Franja de Gaza, porque “no está calificado para defender el derecho internacional”.

La solicitud fue formulada por más de 150 organizaciones de derechos humanos de Colombia, Estados Unidos, Europa y América Latina, además de académicos, periodistas y líderes políticos que protestaron por esta designación argumentando que el “Señor Uribe ha sido objeto de condenas por su actuación al margen de los principios del derecho internacional, punto de referencia para el análisis de la situación de la flotilla”.

En una carta dirigida al máximo representante de la ONU, los firmantes se refieren a la decisión del presidente Uribe de atacar un campamento guerrillero en Ecuador, que fue calificado por la OEA como “una violación de la soberanía y de la integridad territorial del Ecuador y de los principios del derecho internacional”.

También hacen referencia a las graves denuncias que sobre asesinatos ilegales de civiles inocentes cometidos por fuerzas de seguridad y presentados como acciones exitosas en la lucha contra grupos guerrilleros o delincuencia común. Los firmantes de la carta señalan que según el Relator Especial de Naciones Unidas para las Ejecuciones Extrajudiciales, Philip Alston, “el número de asesinatos de naturaleza similar no permite caracterizarlos como hechos aislados llevados a cabo por soldados o unidades parias o ‹manzanas podridas›.”

Para justificar su pedido al Secretario General de la Onu para que reconsidere el nombramiento de Uribe, la comunicación se refiere al hostigamiento de su gobierno contra las altas cortes y señala que “la Oficina en Colombia documentó críticas públicas de desprestigio a la Corte Suprema y a sus magistrados de parte de funcionarios públicos de alto nivel y de actores sociales y políticos, así como interferencias indebidas, directas o indirectas, a sus funciones por medio de influencias, presiones y amenazas. Estos actos podrían constituir una violación a los principios de independencia del poder judicial de las Naciones Unidas y han dado lugar a preocupaciones frente a la seguridad personal de algunos magistrados.”

Por último, la carta de los defensores de derechos humanos recuerda la utilización de organismos de inteligencia contra defensores de derechos humanos, opositores y magistrados y cita un informe de la ONU en el que se advierte que “en 2009 se hizo público que el DAS, entidad de inteligencia dependiente de la Presidencia de la República, había estado desarrollando, por lo menos desde 2003 y de manera generalizada y sistemática, una serie de actividades ilegales dirigidas contra, entre otros, defensores de derechos humanos, opositores políticos, periodistas y altos funcionarios del Gobierno, como el Vicepresidente. Además, información preocupante publicada en los medios de comunicación indicaría que incluso los magistrados de la Corte Suprema fueron objeto de vigilancia. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un Relator Especial de las Naciones Unidas y la Oficina en Colombia fueron también objeto de vigilancia. Estas acciones, en muchos casos, tenían como objetivo neutralizar las labores desarrolladas por las víctimas, a quienes se consideraba "blancos legítimos" por ser potenciales opositoras de las políticas gubernamentales.”

Por estas consideraciones, los firmantes de la carta solicitan “por el bien de Naciones Unidas”, reconsiderar el nombramiento del presidente Uribe en este Panel de Investigación.