
Foto: Elpais.com
Por: Carlos Zota Jiménez
Según el artículo “NO TIENE LA CULPA EL INDIO… SINO QUIEN LE HACE LA FIESTA”, de Simonpetrus, - “La biblia dice: "No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse." (Lucas 12:2), y eso precisamente es lo que esperamos los Colombianos que suceda algún día en nuestra patria con el gobierno del presidente Uribe” -.
Traemos a colación esta cita bíblica y el comentario, porque por estos días se están presentando situaciones que causan sobresalto a los demócratas e incitan al cinismo de los sectores más recalcitrantes de la derecha criolla, ocasionados por las agresiones al derecho, a la Justicia, a la institucionalidad y al pueblo Colombiano, que estupefacto es testigo de los “vientos de impunidad” que promueve un prestigioso expresidente, ante las supuestas actuaciones dolosas y los requerimientos de la Justicia a sus más cercanos funcionarios.
Los escándalos que se conocen hasta el momento como el famoso Agro Ingreso Seguro, las chuzadas del Das, los “falsos positivos”, la persecución a opositores políticos, magistrados, periodistas, el continuo enfrentamiento con la Corte Suprema de Justicia durante el casi interminable Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, la falsa entrega de guerrilleros y paramilitares, conflictos ideológicos de poder con los países vecinos afectando el comercio y la vida fronteriza, la “Parapolítica” con amplios sectores de congresistas ligados con los paramilitares y Uribistas confesos, se suman a la búsqueda insaciable de la perpetuación en el poder, pues no solo se cambió la Constitución de manera ilegal como se demostró para el segundo mandato, donde también se sobornó a congresistas en el caso de la Yidispolítuca, sino que casi logra con sus conocidas artimañas políticas y jurídicas, acceder a una tercera postulación presidencial. Era el reinado del “todo vale”.
Durante el Gobierno de la “Seguridad Democrática”, se protegió a altos funcionarios y miembros de la fuerza pública, pero una vez finalizado el mandato Uribista, dichos funcionarios cercanos al hoy expresidente, empiezan a afrontar las consecuencias de sus actos.
Es el caso del exsecretario general de la Presidencia Bernardo Moreno, quien se encuentra privado de la libertad y la exdirectora del DAS, María del Pïlar Hurtado, asilada hasta el momento en Panamá gracias a las influencias de su exjefe Álvaro Uribe, los dos por la imputación de cargos que les hizo la Fiscalía por el caso de las “Chuzadas”.
De la misma manera el exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, perdió su libertad por el escándalo del Agro Ingreso Seguro, AIS, que benefició a terratenientes y grandes potentados del agro, y que junto a Bernardo Moreno, no alcanzaron “huir” del país como lo promueve abiertamente el expresidente, con el argumento de que no hay garantías procesales para sus funcionarios, convirtiéndolos en supuestos “perseguidos políticos”.
Por estos días asistimos al bochornoso espectáculo protagonizado por el excomisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, quien siempre se presentó como un funcionario con “piel de oveja”, pero que ahora que está solicitado por la Fiscalía por la presunta falsa desmovilización del bloque Cacique La Gaitana de las FARC, muestra sus “afiladas garras” saliendo subrepticiamente del país hacia un lugar desconocido, desde donde arremete contra la Fiscalía aduciendo que “vestidos con el ropaje de la Ley, los criminales se han apoderado de la Fiscalía” y anuncia que buscará el asilo político.
Común denominador ha sido la defensa pública que el expresidente Uribe hace de sus exfuncionarios, su exhortación a escaparse del país y optar por el asilo político, eludiendo de esta manera responder por sus actuaciones ante la Justicia Colombiana, por los presuntos delitos cometidos en el cumplimiento de sus funciones. Ya nos están haciendo creer que “el que algo debe, algo teme”, como lo afirmaban nuestras abuelas
Si las actuaciones de esos funcionarios fueron tan claras como lo predica continuamente el expresidente, no se entiende el porqué eluden nuestra Justicia, cuando pueden gozar de todas las garantías procesales que brinda nuestro estado de derecho
La política de la “huida” hacia un asilo político y la defensa a ultranza de sus funcionarios por parte de Uribe, nos hace pensar que existe una consigna que busca el desprestigio Nacional e Internacional de la justicia Colombiana, tal vez abonando el terreno para cuando por acción o por omisión, el exjefe del Gobierno sea vinculado a los excesos de la Seguridad Democrática.
Y es que los delitos, los abusos de poder, la violación de derechos humanos, del Derecho Internacional Humanitario y los múltiples desafueros cometidos en los dos períodos del Gobierno anterior, no pueden quedar impunes, ni pueden pasar por alto en la memoria de una sociedad indiferente y manipulada mediáticamente como la nuestra.
Aunque las connotaciones de los “falsos positivos” por ejemplo, que nacionalmente no son vistas con la extrema gravedad que en realidad tienen, pero que en el exterior son calificadas como delitos de lesa humanidad, con facilidad podrían ser juzgados por la Corte Penal Internacional, lo que podría afectar a altos miembros del Gobierno Uribe, a integrantes de la fuerza pública y al mismo expresidente, ultradefensor de los indiciados por los excesos de la Seguridad Democrática.
El resultado final de todos estos acontecimientos conocidos en el gobierno de Uribe Vélez, no puede ser la impunidad y más aun cuando esta es promovida por el mismo expresidente, contradiciendo el juramento que hizo dos veces al asumir el primer cargo de los Colombianos, que lo compromete y obliga a respetar la Constitución y la Ley.
SERÁ QUE LA JUSTICIA COJEA PERO LLEGA?
El Rostro Oculto de la Noticia.
Santiago de Cali, Febrero 20 de 2012.