
A propósito de un Rio…
Algún anónimo Caleño dijo un buen día que “Cali no tiene playa pero Dios nos bendijo con el Rio Pance”. Que descripción tan sencilla pero que tan cerca estaba de la realidad.
Y es que el Rio Pance y el Ecoparque de Pance, se han convertido en el lugar predilecto de Caleños y turistas que domingo a Domingo se dan cita en sus calurosos espacios naturales para disfrutar de su ecosistema, de sus frías aguas y de un sol radiante Vallecaucano que con sus rayos finos y luminosos, alegra el descanso de hombres, mujeres y sus familias, que si no fuera por ese hermoso paraje natural, lo más seguro es que no tendrían en donde recrearse con un entorno natural y sin invertir mucho en su recreación. Para qué playa si tenemos el Rio Pance!
Algún anónimo Caleño dijo un buen día que “Cali no tiene playa pero Dios nos bendijo con el Rio Pance”. Que descripción tan sencilla pero que tan cerca estaba de la realidad.
Y es que el Rio Pance y el Ecoparque de Pance, se han convertido en el lugar predilecto de Caleños y turistas que domingo a Domingo se dan cita en sus calurosos espacios naturales para disfrutar de su ecosistema, de sus frías aguas y de un sol radiante Vallecaucano que con sus rayos finos y luminosos, alegra el descanso de hombres, mujeres y sus familias, que si no fuera por ese hermoso paraje natural, lo más seguro es que no tendrían en donde recrearse con un entorno natural y sin invertir mucho en su recreación. Para qué playa si tenemos el Rio Pance!
Si, es que estar en Pance es recrearse de verdad. Es compartir con la naturaleza, con un medio ambiente originario, con una fauna y vegetación silvestre que está amenazada, con miles y miles de personas que sienten el Rio como un patrimonio natural que representa la riqueza de las montañas que se entrelazan con el verde del Valle, por medio de un hilo de agua cristalina llamado Rio Pance y que además lo sienten de su propiedad porque es suyo.
Es que a Pance se llega en bus urbano de 1.500 pesos que si no los tienes, te llevan por mil y con tu familia por 2.500 o 3.000 pesos, o te vas en bicicleta o si eres capaz trotando y hasta caminando, porque así somos los Caleños cuando se trata de ir a nuestro Rio Pance.

Estar en Pance es deleitarnos con la naturaleza. Es recorrer una carretera estrecha pero que nos lleva a un edén envidiado por los Europeos que nos visitan y que no conocen lo que es “un paseo de olla”, es observar en la lejanía a una metrópoli llamada Santiago de Cali, es darnos cuenta que tan cerca estamos de un Rio y que privilegio en vivir en un paraíso que denominamos “la sucursal del Cielo”.
Si la riqueza tiene una definición diferente a las acumulaciones personales de bienes materiales, sería el reconocimiento de la fortuna que representa el medio ambiente, los ecosistemas, la vida y la necesidad de preservarla en condiciones de justicia y equidad. Y es por esto que así seamos pocos o muchos los interesados, tenemos que estar atentos a los peligros que se ciernen contra el ecosistema más próximo a los Caleños, el del Rio Pance.
El atentado y desastre ecológico permitido contra otro Rio Vallecaucano, el Rio Dagua, no se puede repetir en nuestro Valle del Cauca ni en Colombia, porque las miradas de los asesinos de la naturaleza por el oro, podrían estar dirigiéndose hacia la cuenca del Rio Pance, como uno de sus objetivos inmediatos o a mediano plazo.
Pero no solo en esta evidente posibilidad se envilece el peligro, sino que el riesgo con otras formas agresivas y destructoras, ya es una realidad que atenta contra el ecosistema del Rio Pance.
Qué triste es transitar hacia la Vorágine por la popular “vuelta del bofe” después de la Universidad de San Buenaventura y mirar a la izquierda lo que hasta hace algunos años era la más popular y visitada planicie del Rio Pance, donde los Caleños que transitamos ahora por encima del “medio siglo”, jugábamos futbol y luego nos pegábamos un “chapuzón” en el Rio, para después subir a la carretera a “coger el bus”, no sin antes “meternos” un buen pedazo de “Bofe” con gaseosa y ver hoy las antiguas e improvisadas canchas de futbol, enterradas bajo lujosas casas del “estrato 77” como dice una política monja de la radio Caleña, situadas orondas en la margen derecha del Rio aguas abajo.
La ambición de los constructores de casas lujosas en su afán de ofrecer “alternativas naturales” a sus ricos clientes, no puede atentar contra el patrimonio de los Caleños y Vallecaucanos y clausurar sus posibilidades muy escasas de recreación en ambientes naturales que como el Rio Pance, que difícilmente se encuentran en las goteras de una Ciudad que como Santiago de Cali, no puede permitir que sus espacios naturales y recreativos se estrechen o se clausuren por el afán de enriquecimiento de algunos “poderosos”.
Donde están las autoridades Municipales y Departamentales que son quienes autorizan dichos “ecolicidios”?
Donde están las promesas de conservación, mantenimiento y mejoramiento de este patrimonio de la Ciudadanía?
Además, que preocupante es recorrer el Ecoparque de Pance y percibir cierto desmejoramiento en su mantenimiento y preservación, la clausura del Hotel, el aparente cambio de objetivo de las casas de los “guardaparques”, que hasta con avisos de venta de sancocho se encuentran en este momento, el descuido de las zonas de ejercicios de fuerza y del sendero de caminata y trote, aunque como evento positivo notamos un incremento en los guardias del parque y la presencia de buena cantidad de Policías Carabineros y auxiliares. Señores de Corpocuencas: Ustedes tienen la palabra.
Señores Alcalde de Santiago de Cali y Gobernador del Valle del Cauca:
Aun están a tiempo de aplicar los correctivos necesarios para la preservación de este espacio natural de recreación sana del los Vallecaucanos, evitando que los constructores arruinen para su beneficio y el de unos cuantos, el patrimonio de todos los nativos de esta región.
Igualmente es su responsabilidad la conservación del ecosistema del Rio Pance y el crecimiento del Ecoparque pues sin él, Santiago de Cali perdería su más preciada riqueza natural recreativa y Ustedes serían responsables históricos de tal despropósito.
Por favor Señores Gobernantes: “Blinden” la cuenca del Rio Pance para nosotros y las futuras generaciones y eviten que este ecosistema se convierta en una leyenda.
Carlos Zota Jiménez.
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