VIOLACION A LOS DERECHOS HUMANOS.
Usaron a guatemaltecos como ratas de laboratorio”, denunció el director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, Nery Rodenas.
Prensa Yvke Mundial/AVN
SÁBADO, 2 DE OCT DE 2010. 8:58 PM

Rodenas exigió que los familiares de las víctimas “reciban algún tipo de resarcimiento” por este hecho/Foto:Archivo
Sectores políticos y sociales de Guatemala reaccionaron con indignación este sábado tras revelarse que científicos estadounidenses inocularon enfermedades venéreas sin su consentimiento a unos 1.500 guatemaltecos en la década de 1940, para realizar experimentos médicos.
El director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado guatemalteco, Nery Rodenas, afirmó que “por muy superpotencia que sea Estados Unidos no pueden hacer este tipo de experimentos”.
“Usaron a guatemaltecos como ratas de laboratorio”, denunció.
Rodenas exigió que los familiares de las víctimas “reciban algún tipo de resarcimiento” por este hecho.
La diputada del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), Zury Ríos, advirtió que “no es suficiente decir perdón”.
“Necesitamos una compensación como Estado, por ejemplo un programa sólido de salud sexual y reproductiva”, indicó.
En tanto, el miembro del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Mario Polanco aseveró que la revelación “deja en evidencia que, para Estados Unidos, Guatemala es un laboratorio para sus experimentos”.
Tales ensayos en humanos realizados por estadounidenses en la nación centroamericana se conocieron por una investigación de la doctora Susan Reverby, del Wellesley College.
La especialista descubrió los documentos en archivos del fallecido doctor John Cutler, quien lideró ese programa.
El médico dirigió en 1946 una serie de investigaciones sobre reacciones de medicamentos contra la sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual, inoculando esas enfermedades a unos 1.500 guatemaltecos para observar sus reacciones a los tratamientos.
Las personas afectadas fueron reclutadas entre soldados, prostitutas, personas con enfermedades mentales y reclusos guatemaltecos.
El diario Siglo Veintiuno relató que a las prostitutas infectadas se les pagaba para extender el contagio mediante relaciones sexuales con las personas escogidas.
La información sobre los experimentos fue dada a conocer el jueves pasado por el gobierno de Estados Unidos al presidente guatemalteco Álvaro Colom, sobre esos hechos y pidieron disculpas por ello.
El mandatario calificó los experimentos médicos como un “delito de lesa humanidad” y afirmó que su gobierno “se reserva el derecho de una denuncia”.
También indicó que se comenzará una investigación para aclarar la situación.
En declaraciones al periódico Prensa Libre, la ciudadana Cindy Aceituno señaló que “da rabia” saber esta noticia, que “confirma que Estados Unidos y el capitalismo dejan de lado los valores humanos”.
“Una disculpa no basta. Esto demuestra el desprecio que esta nación tiene con los países tercermundistas”, afirmó Bernal Ehlert, otro guatemalteco a quien se le pidió una opinión.
El viernes pasado, la secretaria de Estado Hillary Clinton, y la secretaria de Salud estadounidense, Kathleen Sebelius, condenaron los experimentos médicos realizados entre 1946 y 1948.
Ambas funcionarias se disculparon con “todos los individuos que fueron afectados por estas repugnantes prácticas investigativas”.
Durante esa jornada, el presidente Barack Obama se comunicó con Colom para expresarle sus disculpas.
El titular de la Casa Blanca manifestó el “compromiso inquebrantable de Estados Unidos de asegurar que todos los estudios médicos actuales cumplen con los parámetros éticos y legales”.
La doctora Reverby explicó que el proyecto estaba patrocinado por el Servicio Público de Salud estadounidense, el Buró Sanitario Panamericano de Salud, en la actualidad Organización Panamericana de la Salud, (OPS) y el gobierno del presidente Juan José Arévalo Bermejo, que puso fin a varias décadas de dictadura militar en Guatemala.
Usaron a guatemaltecos como ratas de laboratorio”, denunció el director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, Nery Rodenas.
Prensa Yvke Mundial/AVN
SÁBADO, 2 DE OCT DE 2010. 8:58 PM
Rodenas exigió que los familiares de las víctimas “reciban algún tipo de resarcimiento” por este hecho/Foto:Archivo
Sectores políticos y sociales de Guatemala reaccionaron con indignación este sábado tras revelarse que científicos estadounidenses inocularon enfermedades venéreas sin su consentimiento a unos 1.500 guatemaltecos en la década de 1940, para realizar experimentos médicos.
El director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado guatemalteco, Nery Rodenas, afirmó que “por muy superpotencia que sea Estados Unidos no pueden hacer este tipo de experimentos”.
“Usaron a guatemaltecos como ratas de laboratorio”, denunció.
Rodenas exigió que los familiares de las víctimas “reciban algún tipo de resarcimiento” por este hecho.
La diputada del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), Zury Ríos, advirtió que “no es suficiente decir perdón”.
“Necesitamos una compensación como Estado, por ejemplo un programa sólido de salud sexual y reproductiva”, indicó.
En tanto, el miembro del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Mario Polanco aseveró que la revelación “deja en evidencia que, para Estados Unidos, Guatemala es un laboratorio para sus experimentos”.
Tales ensayos en humanos realizados por estadounidenses en la nación centroamericana se conocieron por una investigación de la doctora Susan Reverby, del Wellesley College.
La especialista descubrió los documentos en archivos del fallecido doctor John Cutler, quien lideró ese programa.
El médico dirigió en 1946 una serie de investigaciones sobre reacciones de medicamentos contra la sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual, inoculando esas enfermedades a unos 1.500 guatemaltecos para observar sus reacciones a los tratamientos.
Las personas afectadas fueron reclutadas entre soldados, prostitutas, personas con enfermedades mentales y reclusos guatemaltecos.
El diario Siglo Veintiuno relató que a las prostitutas infectadas se les pagaba para extender el contagio mediante relaciones sexuales con las personas escogidas.
La información sobre los experimentos fue dada a conocer el jueves pasado por el gobierno de Estados Unidos al presidente guatemalteco Álvaro Colom, sobre esos hechos y pidieron disculpas por ello.
El mandatario calificó los experimentos médicos como un “delito de lesa humanidad” y afirmó que su gobierno “se reserva el derecho de una denuncia”.
También indicó que se comenzará una investigación para aclarar la situación.
En declaraciones al periódico Prensa Libre, la ciudadana Cindy Aceituno señaló que “da rabia” saber esta noticia, que “confirma que Estados Unidos y el capitalismo dejan de lado los valores humanos”.
“Una disculpa no basta. Esto demuestra el desprecio que esta nación tiene con los países tercermundistas”, afirmó Bernal Ehlert, otro guatemalteco a quien se le pidió una opinión.
El viernes pasado, la secretaria de Estado Hillary Clinton, y la secretaria de Salud estadounidense, Kathleen Sebelius, condenaron los experimentos médicos realizados entre 1946 y 1948.
Ambas funcionarias se disculparon con “todos los individuos que fueron afectados por estas repugnantes prácticas investigativas”.
Durante esa jornada, el presidente Barack Obama se comunicó con Colom para expresarle sus disculpas.
El titular de la Casa Blanca manifestó el “compromiso inquebrantable de Estados Unidos de asegurar que todos los estudios médicos actuales cumplen con los parámetros éticos y legales”.
La doctora Reverby explicó que el proyecto estaba patrocinado por el Servicio Público de Salud estadounidense, el Buró Sanitario Panamericano de Salud, en la actualidad Organización Panamericana de la Salud, (OPS) y el gobierno del presidente Juan José Arévalo Bermejo, que puso fin a varias décadas de dictadura militar en Guatemala.
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