sábado, 9 de octubre de 2010

A PROPOSITO DE "12 HORAS DE OXIGENO"...


EL DIA SIN CARRO: CORTINA DE HUMO?


Foto El país.

El pasado jueves 7 de Octubre en las Ciudades Vallecaucanas de Santiago de Cali y Guadalajara de Buga, se realizó la jornada denominada “El día sin carro”, que tenía como objetivos principales “la disminución de los altos niveles de contaminación ambiental producido por el ruido y los gases contaminantes emitidos por los vehículos, reducir los índices de accidentalidad y contribuir al mejoramiento de la movilidad en el trasporte público”.

Indiscutiblemente la Ciudadanía acogió la propuesta demostrando su vocación cívica, a pesar de los despistados y otros indisciplinados infractores que no incidieron en el presupuesto de la convocatoria, demostrándose con estos eventos que si se profundiza de verdad en los aspectos educativos en torno al medio ambiente, contamos con una comunidad abierta a las necesidades de preservación de un ambiente digno para el presente y las próximas generaciones.

Según las autoridades, hubo una reducción significativa de monóxido de carbono y del 70% en la accidentalidad en Cali y Buga. Estaciones de monitoreo del Dagma, reportaron de 4 a 1.7 partículas por millón que se redujeron en las emisiones de monóxido de carbono en la Ciudad.

Según la Secretaría de Tránsito y Transporte, más de 800.000 vehículos dejaron de transitar en Cali entre motos y carros.

Pero si miramos el “Día sin carro” desde otra perspectiva, una más realista, podemos deducir sin caer en el “canibalismo”, que este propósito se diluye en un certamen que antes que aportar reales soluciones, revela la poca o nula gestión de las autoridades respectivas en este campo.

Durante el “Día sin carro” hubo al mismo tiempo perjudicados y beneficiados. Perjudicados como la economía Municipal con los comerciantes de todo nivel a la cabeza, que vieron mermado dramáticamente el flujo de clientes reflejado en el “raquitismo” de las ventas, los propietarios y trabajadores de negocios como las gasolineras y distribuidores de gas vehicular en lo que tiene que ver con la ausencia de particulares y motos, los lavaderos de autos y sus lavadores, los restaurantes que ante la ausencia del público que decidió no salir, no vendieron normalmente y muchos más que enunciarlos nos haría extender demasiado. Podríamos concluir que como costo social, el bien común prima sobre el particular.

También hubo sectores beneficiados como el “Mío” y el transporte público particular que incrementaron sus ingresos; el medio ambiente que vio mermado el ruido, el flujo vehicular y la emisión de gases contaminantes aunque fuera por un día, los ciclistas habituales que pudieron transitar por las Ciudades comprometidas en esta jornada sin el peligro diario al que se ven expuestos, los peatones que estuvieron menos asediados por la habitual agresividad de los vehículos llámense motos o carros y entre otros que también se beneficiaron, está la comunidad que descubrió el excesivo número de vehículos que circulan por unas Ciudades que han construido muy pocas vías para la demanda y lo que es peor, lo poco que se hace por el mantenimiento de las viejas calles que ya no dan más, además de la poca gestión de sus autoridades sobre este y los temas ambientales.

A pesar de la reducción en el flujo vehicular, los Ciudadanos seguimos siendo testigos de la contaminación que producen buses y busetas en las Ciudades, causada por el poco mantenimiento que propietarios y empresas realizan en ellos, haciéndonos testigos de la gran cantidad de “chimeneas ambulantes” que circulan cotidianamente por sus vías y la poca gestión de las autoridades municipales por corregir esta anomalía.

Sin los vehículos particulares en las vías, también certificamos el deterioro en una cantidad respetable de ese servicio público, su indisciplina en el cumplimiento de las normas del tránsito sin la presencia de políticas educativas y coercitivas, que permitan soluciones para el futuro.

Certificamos también el mal estado en algunos sectores de la semaforización y en general, una marcada resistencia al cumplimiento de la Comunidad a las normas tránsito, de la que no se salvan ni los peatones ni los Policías que se desplazan en motos sin sus respectivos cascos, de a dos y violando los semáforos cuando están en rojo.

En cuanto a las autoridades Municipales del medio ambiente que conjuntamente con las del Tránsito Municipal y sus Alcaldías fueron las gestoras del evento medioambientalista, lograron objetivos predecibles por las limitaciones en el número de vehículos en las calles, pero que evidencian que sin esa marginación vehicular, poco o nada se hace por el aire de las Ciudades, la contaminación auditiva y la educación de los habitantes para la solución de estos problemas modernos y que requieren una verdadera gestión ambiental que poco se insinúa en nuestro medio.

Consideramos que estas actividades son acciones aisladas que tan solo distraen sobre la verdadera dimensión del problema, sin que haya por parte de las autoridades Municipales, Departamentales y Nacionales, unas políticas claras por el medio ambiente y la ecología, unos propósitos definidos por la tierra, el aire, el agua y lo que es peor, la falta de funcionarios capacitados que diseñen estrategias para la preservación del medio ambiente, por lo que a pesar de la reducción en la emisión de gases contaminantes y el ruido por la falta de coches y motos en las calles un día al año, estas jornadas se convierten en una “cortina de humo” sobre la magnitud del problema que enfrentamos y la poca determinación de nuestras autoridades por aportar reales y coordinadas acciones por nuestro medio ambiente.

Solo con buenas intensiones y un negocio beneficioso para quienes generan esta actividad que en últimas, no obedece a planes de mediano o largo plazo que aporten “remedios” a los problemas que enfrentan nuestras Ciudades en este campo, se convierten solo en eso: Buenas intensiones que algún valor tienen, pero que distraen sobre el tamaño del problema.

Que sea esta la oportunidad para que nuestras autoridades ambientales, el Dagma para el caso de Cali y las que tienen una marcada responsabilidad con el sano ambiente como las Secretarías de Tránsito, Gobierno, amén de otras con incidencia en el tema, se decidan a planificar proyectos realistas, técnico-científicos y con el tiempo indispensable para que su ejecución permita resultados beneficiosos, afrontando con seriedad y de una vez por todas la dramática y decidida acción que nos permita respirar saludablemente, disfrutar de la pureza del agua, conservar la tierra verde y para la producción de alimentos, controlar las emisiones de ruido excesivo que entorpecen la tranquilidad Ciudadana, y no sigan colocando “pañitos de agua tibia” que poco aportan a las imperantes tareas que requiere el logro de un ambiente digno.

Carlos Zota Jiménez
Santiago de Cali, Octubre 09 de 2010
Para EL ROSTRO OCULTO DE LA NOTICIA.

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